Alejandro Serralde S. *
Cuando Mosaicos Venecianos de México, S.A. inició sus operaciones hace 30 años todo estaba por descubrirse y resolverse mejor aún, había en el horizonte más desconocido que conocido. Sin embargo, lo que mejor se conocía era (y es actualmente) la razón de ser y el propósito de la organización.
La existencia de Mosaicos Venecianos de México, S.A., es la síntesis del éxito: una idea, un deseo, voluntad, trabajo, expectación inquieta, reconocimiento, entrega, renunciación e inconformidad. Que un ser humano tenga esta filosofía y la lleve a la práctica no es extraño, pero ver que una organización, modesta como parece, lo haga, merece toda la atención. Desde luego existe ese ser humano en la cúspide de la organización, quien con singular humildad prefiere no ser nombrado en la presente reseña, ya que está convencido que él no ha sido sino un factor más del éxito de todo su grupo humano.
Mosaicos Venecianos es una organización que nos recuerda mucho el modelo Z de Ouchi, por su filosofía en torno al compromiso colectivo con la mejor distribución de cada quien para el bien de todos. Es interesante ver cómo la fábrica es en el mismo momento su orgullo y su vergüenza y cómo el trabajo es su vocación.
Originalmente la fábrica comenzó en un local modesto en el que las condiciones de trabajo eran por demás poco confortables: muchas operaciones manuales, continuas adaptaciones y pruebas y un calor infernal. Un técnico italiano fue contratado para transferir el conocimiento para la transformación del vidrio y ello vino acompañado de inversiones entonces cuantiosas para fabricar el equipo que el especialista recomendaba. Su estancia fue a la postre más útil para estimular la creatividad de los trabajadores que por el conocimiento que dejó. Actualmente la fábrica está equipada con maquinaria diseñada toda por el personal. Pero eso no es todo, la maquinaria también ha sido construida por ellos mismos: hornos, transportadores de materiales, bombas de fluidos, turbinas de aire, equipo periférico y hasta las partes de repuesto. Los operarios y el Director General comentan con orgullo –nos sentimos más a su gusto sin depender de nadie.
La maquinaria se mantiene en continuo perfeccionamiento y los operarios son libres de dar sus recomendaciones y luego ejecutarlas con el respaldo de la gerencia. Cualquiera pensaría que es una planta artesanal, y es cierto, sin embargo su eficacia y su tecnología han despertado el interés de otros. Hace algunos años unos empresarios de Colombia del Grupo Corona ofrecieron la compra de la tecnología y Mosaicos Venecianos diseñó e instaló entonces una planta 100% mexicana en ese país. Fue un proyecto interesante dice el Director General porque todos participamos por igual. Varios operarios de la empresa volaron a Colombia para instalar la planta, transferir conocimientos y dirigir el arranque. La empresa Colombiana es líder del mercado con sus productos y durante un tiempo pagó regalías a Mosaicos Venecianos.
Parte de los desarrollos tecnológicos de esta empresa consiste en una válvula de control de paso de vidrio fundido que funciona a base de enfriamiento de aire, y es el sistema más avanzado que se conoce en el ramo.
Desde que se dio el cambio de país –con la nacionalización de la banca– dice el Director General, las cosas se han tornado favorables a nosotros, desde luego por todas las medidas de restricción de divisas que esto ha acarreado, y nuestras ventas se han incrementado en un 45% en lo que va del año con respecto al mismo período de 1982. La razón es simple, los fabricantes de productos competidores que dependen de algunas materias primas importadas y con ellos sus precios se han ido a las nubes, especialmente en la línea de azulejos.
Por otro lado, la empresa ha venido innovando para competir más activamente contra otros productos, como es el caso de Kristapiso, una loseta de vidrio en gran variedad de colores y de una resistencia muy alta.
Acerca de la difícil situación del país, el Director General comenta: “Luego de haber vivido acostumbrados a combatir situaciones difíciles, no percibimos nada diferente en estos momentos, estamos vacunados “ y agrega “mientras sigamos trabajando con imaginación no tendremos ningún problema” y es que Mosaicos Venecianos ha tenido que digerir golpes muy fuertes que han puesto al borde de la desaparición a la empresa. Hace un par de años la compañía se aventuró a contratar por primera vez a un gerente de producción con formación universitaria.
Siguiendo la filosofía de la empresa se le dio todo tipo de apoyo para que pusiera en juego sus conocimientos y habilidades, sin embargo el choque cultural entre este nuevo gerente y la organización fue tan fuerte que de haber seguido una semana más al frente la productividad hubiera llegado tan bajo que el cierre de la empresa era inminente. Las razones de esto son comprensibles, pues esta industria está cimentada en dos pilares fundamentales: tecnología apropiada diseñada por los trabajadores y un enfoque participativo.
El nuevo gerente, de escuela tradicionalista comenzaba a invalidar esos pilares, pero especialmente el del trabajo participativo. Como se sabe la gerencia tradicional se distingue por su orientación al estatus y con ellos las decisiones han de ser tomadas por el superior, así como las soluciones de los problemas solo pueden ser dadas por el técnico que sabe. Afortunadamente vino la separación de este elemento y se restituyó el clima organizacional original.
En otra ocasión el presagio de desaparición estuvo muy cerca. Es sabido que con el surgimiento de la ciudad industrial Civac se dio un fenómeno de mucha agitación social por la influencia del Obispo de Morelos Monseñor Sergio Méndez Arceo. Durante una larga temporada el canónigo dedicó su mensaje dominical al ataque de la explotación de que eran objeto los obreros de Mosaicos Venecianos. Las cosas llegaron a un punto tal que el fundador y Director General se dirigió a las autoridades gubernamentales para hacer entrega formal de la empresa a los trabajadores, renunciando a todo derecho.
Esta postura enérgica y definitiva de nuestro personaje produjo la retracción del entonces Obispo y con ello la adhesión de los trabajadores a la causa de su empresa. Otras disputas sindicales también tuvieron que ser superadas, principalmente las surgidas de la infiltración. Los trabajadores no sienten en realidad la necesidad de apoyarse en la fuerza del sindicato. Cada quien está perfectamente integrado e identificado con el personal directivo que casi no parece que exista una diferencia de categoría laboral. Existen prestaciones que se aplican por igual a administradores y obreros como lo son las becas escolares y las primas de productividad. Un bono muy original lo constituye el reparto de una equis cantidad por cada metro cuadrado de mosaico que se produzca y venda por arriba del punto de equilibrio.
Trabajadores y empleados saben todos los días cuáles son las cifras de producción y ventas y qué tan arriba van del punto de equilibrio. El esfuerzo es armónico y vigoroso. La compañía se mantiene como líder en aplicaciones para la construcción de albercas y en equipamientos de lujo a base de su artístico mosaico bizantino. Comienza a competir en el mercado de los azulejos y piensa adecuar sus productos al hábito de consumo de este tipo de acabados.
Hay acabados de Mosaicos Venecianos de México en varias partes del mundo. Con frecuencia los trabajadores se sienten orgullosos de que sus productos viajen a Estados Unidos y a los países Arabes. Dal-Tile Corporation el principal distribuidor de acabados de cerámica de E.U.A. distribuye la línea de Mosaicos Venecianos y por el momento un 5% de la producción se destina a la exportación. Podríamos exportar más pero ahora preferimos cubrir mejor el mercado mexicano que para nosotros está creciendo a pasos agigantados –dicen los ejecutivos.
La organización es manejada por un Director General que básicamente coordina a un equipo gerencial más bien informal que formal. El sello de la firma es el pragmatismo y las tareas están distribuidas en forma simple entre personas que son expertos en su área y están altamente comprometidos con la organización y su puesto.
Una junta del Director General y su equipo es francamente innecesaria por el alto grado de interacción que existe todos los días. La comunicación fluye libremente en todas direcciones y la confianza interpersonal es singularmente elevada. Si se trata de encontrar un veneno para la organización de Mosaicos Venecianos seguramente sería la implantación de sistemas y procedimientos, establecimiento de tiempos estándar y descripciones de puestos.
Cada integrante de la firma está identificado con la esencia de su trabajo y la naturaleza de sus objetivos; hay una disposición natural hacia el incremento de productividad: si surge una buena idea simplemente se implanta y se comunica. Los principales ejecutivos son Rodolfo Jaimes, Gerente Administrativo; José Armando Moreno, Gerente de la Oficina México; Francisco Perdomo, Director de Ventas, y el Director General.
Mosaicos Venecianos nos recuerda que el mejor camino al éxito es la sencillez y que el mejor seguro de esto es la imaginación y el trabajo. Esta modesta firma hecha con voluntad y tecnología mexicana, exporta.
Artículo publicado en la revista Management Today en español,
junio de 1983; pp. 15-18.
* Alejandro Serralde es consultor en efectividad organizacional
y Presidente de la firma Reddin Consultants.