Alejandro Serralde S. *
Mucha gente piensa que la FIMA (Feria Industrial de Cooperación Mexicano-Alemana) será una exposición hecha a la calca de la exposición alemana realizada en el año 1954 en la Ciudad Universitaria de México, D.F., en donde se podían observar complicados equipos industriales, automóviles último modelo, atractivos productos para el hogar, y sobre todo, los visitantes podían deleitarse con las suculentas salchichas acompañadas con helado tarro de la incomparable cerveza alemana. Pero la realidad es que la Feria Industrial de Cooperación Mexicano-Alemana no será eso, ni siquiera habrá cerveza alemana. Se trata de un evento que representa, de una manera tangible, lo que es posible realizar cuando existe cooperación.
El comercio entre México y Alemania no es nuevo y hay quienes afirman que en las postrimerías del siglo pasado existían vínculos comerciales sólidos con grandes concentraciones de negocios particularmente en Veracruz. Desde entonces a la fecha, la relación entre estas naciones ha ido evolucionando y progresando a través de la inversión alemana en sólidas industrias que representan fuentes de trabajo seguras para la ingeniosa mano de obra mexicana.
Así encontramos que hay industria alemana asociada con capital mexicano en los campos de productos farmacéuticos, productos químicos, automotriz, productos cosméticos, instrumentos ópticos y de precisión, adhesivos, máquinas herramientas, máquinas para la industria plástica, máquinas para imprenta y papelería, electrotécnica, etc. Todas estas industrias han venido produciendo satisfactores prácticos para el confort de los mexicanos.
Algunas empresas han concretado en México desarrollos importantes como el Safari de Volkswagen, producido únicamente en nuestro país para el abastecimiento del mercado mundial. El sentido práctico de la industria alemana está presente en cada uno de los productos que usamos o consumimos: equipos de sonido, instrumentos ópticos, automóviles, cintas magnéticas, adhesivos, medicamentos, relojes, plumas fuente, equipo de dibujo, productos de oficina y una lista interminable de conocidos productos.
Hay aproximadamente 140 empresas con influencia alemana, de las cuales 100 están formadas mancomunadamente con socios mexicanos y la diferencia está formada por empresas de ciudadanos alemanes radicados en México, así como aquellas de ciudadanos mexicanos de origen alemán.
Además otras 150 firmas aproximadamente se dedican al comercio y a prestar servicios, y se pueden considerar en cierta manera como agencias alemanas, aunque cuenten con una participación menor de capital procedente de la República Federal de Alemania. Lo anterior es un reflejo de una tendencia bien generalizada en la que América Latina es considerada como el principal centro de atracción para las inversiones privadas alemanas en el extranjero.
De acuerdo con las estadísticas oficiales alemanas, a fines de 1961 las inversiones privadas de la República Federal de Alemania en América Latina sumaron 4,000 millones de pesos aproximadamente. Hasta fines de 1969, dicha suma se había triplicado para alcanzar la cifra sin precedente de aproximadamente 12,000 millones de pesos. Se trata pues de una evolución interesante, aunque no corresponde íntegramente al incremento de las inversiones más de cuatro veces en el periodo de referencia o sea de 13,000 a 60,000 millones de pesos.
Para 1969 América Latina absorbía, de acuerdo con las estadísticas oficiales, el 18.6% de las inversiones globales alemanas privadas en el extranjero, ocupando un segundo sitio atrás de Europa que absorbía el 55.5% y por encima de Norte América con 16.6%. En el grupo de los países latinoamericanos México ocupaba a fines de 1969 el tercer lugar con 8.4% de las inversiones alemanas, atrás de Argentina con 12.5% y de Brasil con 41%.
La balanza comercial de México con la República Federal de Alemania muestra un déficit de aproximadamente 2,400 millones de pesos para 1972 y si bien ha habido muestras de ligera mejoría con respecto a años anteriores, las exportaciones de nuestro país se encuentran a gran distancia de las importaciones, siendo las principales causas que las importaciones corresponden esencialmente a productos terminados mientras que nuestras exportaciones están compuestas principalmente por alimentos y productos tropicales y productos semielaborados y terminados.
En la Tabla 1 se puede apreciar, en forma por demás objetiva, la composición de importaciones y exportaciones con la República Federal de Alemania, resaltando el hecho de que, en los períodos de referencia, han aumentado las importaciones de alimentos y materias primas, a cambio de una imperceptible disminución de las importaciones de productos semielaborados y terminados. En forma contraria, las exportaciones tanto de alimentos y productos tropicales, como de productos semielaborados y terminados han aumentado sensiblemente, en tanto que las exportaciones de materias primas han disminuido notablemente.
Es indiscutible que la política para fomentar las exportaciones mexicanas hacia Alemania, por parte del Instituto Mexicano de Comercio Exterior y de las dependencias alemanas, ya está teniendo éxito, sobre todo en el incremento de la exportación de productos semielaborados y terminados.
Es la industria automotriz la que encabeza al sector alemán en las ventas de sus productos en México por mediación de la Planta Volkswagen en Puebla y de las industrias suministradoras del ramo.
Dicha planta ocupa aproximadamente a 9,000 empleados y tiene operaciones anuales de casi 2,000 millones de pesos, pero lo más relevante del caso lo representa el hecho de que el 75% de cada automóvil se integra con partes de origen mexicano. Resulta mejor aún conocer que las exportaciones de automóviles y partes alcanzaron la cifra de 242 millones de pesos en 1972, correspondiendo a un incremento del 140% con respecto al año anterior y que en el transcurso del primer trimestre de 1973 las exportaciones ya sumaban los 457 millones de pesos.
Puebla, la quinta ciudad en población de nuestro país resultó ser un lugar idóneo para la planta Volkswagen, por la buena concentración de mano de obra en las industrias manufactureras (el 14% de la población económicamente activa se emplea en este ramo, que ocupa el segundo lugar en importancia) y por el respaldo de la mano de obra del campo (el 55.6% de la población) que ha resultado ser muy versátil al adaptarse a los trabajos de manufactura.
Para la gente que trabaja en VW representa un gran satisfactor el pertenecer a esta firma por la oportunidad de aprender técnicas nuevas para ellos, a través de programas de entrenamiento bien dirigidos, además de la ventaja que representa (aunque debiera ser algo natural) el ser tratados con un sentido netamente humanístico, en vez de ser considerados como un engrane más de una compleja y enorme maquinaria.
El carácter de la gerencia VW se distingue precisamente por eso, por ser predominantemente humana a través del respeto por el desarrollo personal en el sentido estricto de la superación como seres humanos, lo cual no es más que un reflejo de lo que hace VW en el resto del mundo; se sabe que en una planta del grupo VW en Alemania, el 70% del personal está compuesto por personas lisiadas, quienes han recibido la oportunidad de desarrollar sus facultades.
Este carácter gerencial parece no estar limitado únicamente a VW, sino que es un distintivo de la industria alemana. Otras grandes compañías como Química Hoechst, una de las firmas más importantes en el ramo de la Industria Químico-Farmacéutica enarbola con orgullo ese carácter, cuando menos eso se concluye al oír los conceptos de Edgar Winckler, Director General de la citada empresa: “Nosotros adaptamos el sistema de trabajo a la capacidad de cada persona, en vez de adaptar a la persona al sistema”.
Química Hoechst forma parte de un compacto grupo de 30 empresas alemanas del ramo, de las cuales 15 son firmas químicas, 12 farmacéuticas y 4 fabricantes de cosméticos, esencias y aromas. La mayor parte de las operaciones corresponde a los productos químicos, incluyendo los plásticos, representados por doce empresas de origen alemán, cuyas operaciones se elevan a 500 millones de pesos, es decir el 10% de las operaciones del total de mil fabricantes del país con un valor aproximado de 5,300 millones de pesos.
Si bien Química Hoechst se desenvuelve en el campo químico, se trata de una empresa ampliamente diversificada y opera en distintos campos a través de las empresas del grupo como Sociedad Mexicana de Química Industrial, S.A. (en sociedad con el Banco de Comercio); Polímeros de México, S.A. (sociedad de capital francés, alemán y mexicano), fabricantes de PVC el que es distribuido en exclusiva por Hoechst: Barnices y Aislantes, S.A.; Compañía Inmex, S.A.; Lito Placas Mexicanas, S.A.; Flexo Seal, S.A.; Sinter Metal, S.A.; y Messer Griesheim de México, S.A.
Hoechst emplea a 900 trabajadores y con el personal de las demás compañías del grupo suman 1,200 empleados. Se dice que el personal de esta empresa está perfectamente identificado con el sistema de trabajo y no ha tenido problemas para adoptar la “cultura” europea; Winckler afirma que cuando la gente ha sido entrenada en Alemania (dos años es el mejor tiempo) se desenvuelve exitosamente en la organización. “En la compañía –dice Winckler– la información llega a la Dirección General sin necesidad de ser buscada, a la vez que la información fluye de arriba hacia abajo sin restricción alguna”; “hemos encontrado que es una buena fórmula”.
Las operaciones del Grupo Hoechst han alcanzado la cifra de 600 millones de pesos en un año, después de 23 años de arduo trabajo en México y se prevé que en el futuro el crecimiento será mucho más rápido. El producto más conocido de la Firma es Neomelubrina, un analgésico que se vende únicamente en farmacias y tiene además una lista interminable de productos éticos, medicamentos veterinarios, productos químicos y colorantes.
Hoechst en compañía de Bayer, BASF y Henkel contribuyen fuertemente al aumento de las exportaciones mexicanas. Recientemente aparecieron en Management Today en Español dos interesantes, artículos sobres BASF y Henkel, en donde de manera objetiva se presenta la proyección de estas firmas.
La BASF es conocida por sus productos plásticos, plastificantes, colorantes y auxiliares textiles, siendo el poliestireno uno de los productos de más venta, junto con cintas para grabaciones magnéticas. Según el Dr. Ernest Bartholomé, responsable de métodos y procedimientos de BASF, los planes a cinco años tienen términos más bien generales, pero según el Dr. Bartholomé el plan no necesita ser demasiado exacto; su objeto principal es acostumbrar a la gente a pensar en el futuro.
Henkel, una impresionante compañía que vende más de 8,000 productos en todos los mercados del mundo, inició sus operaciones en el año de 1876 en Aix-La-Chapelle bajo la presidencia de Fritz Henkel. Sus principales productos son detergentes, adhesivos, ácidos y alcoholes grasos. Helmut Sihler del grupo Henkel afirma: “Hoy día la reacción ante la competencia tiene que tener una base internacional”.
En la industria eléctrica laboran 13 empresas, producto de fusiones mexicano-alemanas, y otras tres empresas de mexicanos de origen alemán. De acuerdo con la política de industrialización mexicana, empresas alemanas destacadas en su ámbito como Siemens, Telefunken, Varta y Osram ya han tenido buenos éxitos y es probable que en el futuro logren ampliar aún más sus capacidades de producción. Entre otros, Siemens contribuye a mejorar la balanza comercial al exportar nada menos que el 80% de su producción total de teletipos hechos en México.
En el número de Mayo de Management Today en Español, iniciamos el artículo “Una Mirada a Siemens” con la afirmación: “El alemán, como todo el mundo sabe, es el tipo disciplinado, metódico, sin imaginación, que tiende a acomodarse a reglas y al uso del manual” y sobre esto preguntamos al Dr. Heinz Georg Fett, Consejero Comercial de la Embajada de la República Federal de Alemania en México, su punto de vista, respondiéndonos lo siguiente: “Respecto a sistematización, si uno quiere proseguir, no sólo en la gerencia de empresas sino en cualquier actividad, o se siguen las lógicas del camino o no se siguen.
Cuando se ha decidido cuál es la meta por alcanzar, se debe uno de esforzar por seguir todos los pasos que conduzcan a ello y no desviarse a causa de pensamientos parásitos, flojera u otras actividades que no hemos escogido como primarias. Todo esto combina perfectamente bien con imaginación. Al contrario hace la fantasía al ser creativa”. Después de Volkswagen, Siemens es quizá la empresa alemana más poderosa en México, así como la más conocida por su variedad de productos en la industria de la telecomunicación, en la industria de equipos y aparatos eléctricos y en áreas insospechadas como la medicina.
La demanda nacional de teletipos es cubierta en su totalidad con tan sólo el 20% de la producción de Siemens mientras que el resto se exporta íntegramente a Canadá, Estados Unidos, centro y Sudamérica; y esto no es más que una consecuencia de la política Siemens de especializar manufacturas en diversas regiones de los continentes. Los sistemas de entrenamiento para gerentes de Siemens son bien conocidos en todo el mundo y es quizá una de las pocas empresas que desde los niveles de menor jerarquía, comienza a seleccionar y preparar a su personal que algún día estará ocupando sendos lugares en el Consejo de administración.
El propio ambiente de trabajo en Siemens es la negativa a la afirmación hecha sobre la inflexibilidad y sistematización del alemán, ya que impera el carácter informal de dirección.
Hay 27 empresas alemanas en el área de construcción de plantas industriales y maquinaria, así como en la industria laminadora, de transformación, tratamiento y elaboración de metales, aparte de algunas empresas de alemanes radicados en México que operan sin participación de capitales procedentes de la RFA.
Dichos sectores se caracterizan por una especialización técnica considerable, abarcando desde grandes plantas de barnizado para la industria automotriz, bombas especiales y filtros industriales hasta engrapadoras para oficina y ferretería pequeña. La industria alemana de instrumentos ópticos y de precisión se encuentra en pleno proceso de integración y por el momento existen cuatro firmas cuyas actividades son complementadas por media docena de casa importadoras alemanas y de origen alemán.
La lista de industrias de fabricación y transformación respectivamente de papel, plásticos, maderas y cueros abarca al lado de fabricantes de artículos de renombre como Pelikan, Melitta y Beiersdirf (este último en el ramo de cosméticos en fabricaciones altamente especializadas).
En el sector de la construcción se encuentra representada la empresa alemana más grande en fabricación de estructuras, en adición a tres fabricantes de materiales para la construcción, así como algunas casas de mexicanos de origen alemán. El sector textil está representado por cinco empresas dedicadas a especialidades, dos de las cuales, las más destacadas, pertenecen a mexicanos de origen alemán.
En el sector alimenticio todavía no se han realizado inversiones, pero existen algunas empresas de mexicanos de origen alemán. Por último, el sector de agencias de transportes y viajes contiene un número elevado de empresas mexicano-alemanas, que refleja el activo intercambio comercial entre México y la RFA.
La mayoría de las firmas (aproximadamente 20) son representantes de agencias de transportes de ultramar y de compañías navieras alemanas. Recientemente se ha lanzado a la comercialización un nuevo concepto de transportación aérea, producto de la combinación tecnológica franco-alemana denominado Airbus y especialmente optimizado para cubrir rutas de cortas y medias distancias. Seguramente muy pronto veremos en las pistas mexicanas naves como la A 300 B de fabricación alemana.
El volumen de las inversiones alemanas en México, computadas al primer semestre de 1973 oscilan entre 3,200 y 4,000 millones de pesos, lo que convierte a la RFA en el segundo socio más importante de un país que está luchando firmemente por obtener una posición equilibrada frente a los países más industrializados.
El acercamiento a otros países, sin temores de ninguna especie, ha sido la tónica gubernamental en su afán de lograr mejores perspectivas, para atraer capitales extranjeros que estén dispuestos a compartir nuestro desarrollo. Esta actitud ha sido en gran parte el origen de la Feria Industrial de Cooperación Mexicano-Alemana, en la cual se habrá de mostrar a los visitantes qué es lo que México y Alemania han hecho juntos, en vez de exhibir únicamente el progreso industrial alemán como sucedió en Ciudad Universitaria en 1954.
“México cuenta con una mano de obra ingeniosa y confiable, a la vez que tiene excelentes gerentes; los que he conocido en diferentes conferencias –afirma Fett– están a la altura de los gerentes europeos. De cualquier manera los gerentes de la generación actual me parecen muy buenos aunque no quiero incriminar a los viejos.
Y usted sabe que ser viejo no depende de la edad que uno tiene”. En opinión de Fett el empresario mexicano debe establecer su propio sistema gerencial tomando lo mejor de las escuelas norteamericanas y europeas, en tanto que Edgar Winckler sostiene que por la influencia norteamericana es más adaptable esa escuela para el mexicano, aunque en las empresas alemanas, establecidas en México, lo que mejor ha funcionado es el adiestramiento en la casa matriz de Alemania. “Asimismo, las empresas alemanas en México tienden cada vez más a desarrollar a ejecutivos mexicanos para los principales puestos, porque cada vez es más difícil traer ejecutivos alemanes ya que no les gusta venir a México, excepto por vacaciones” – asegura Winckler.
La FIMA resulta ser un evento surgido de la propia inquietud de los empresarios interesados en el intercambio mexicano-alemán, muchos de ellos alemanes de origen pero ya mexicanos, al decir del Dr. Fett, quienes desde hace tiempo venían preguntando a las autoridades alemanas cuándo se organizaría otra exposición como la del ’54 y éstas respondieron: “Con este superávit que tenemos en la balanza comercial con México no hay posibilidad”.
Entonces los empresarios mexicanos y alemanes, apoyados por unos funcionarios activos de entidades oficiales mexicanas y de la embajada tomaron una iniciativa. Y en efecto, el Sr. Edgar Winckler en su carácter de Vice-Presidente de la Cámara Mexicano-Alemana de Comercio e Industria, informó que existe un deseo grande de todos los empresarios por mostrarle a la gente lo que se está haciendo en México mediante la cooperación de esfuerzos de estos dos países.
Cuando la idea hubo cobrado cierta inercia, las autoridades gubernamentales de ambos países se mostraron muy interesadas en impulsar el evento y así nació, bajo el patrocinio del Presidente de México, Lic. Luis Echeverría A. Y del Dr. Gustav Heinemann, Presidente de la República Federal de Alemania, la Feria Industrial de Cooperación Mexicano-Alemana, en la que se exhibirán bienes de exportación, importación y de producción mexicano-alemana, para el mercado nacional.
El Dr. Bernd Wulffen, Agregado de Prensa de la Embajada de la RFA opina que la FIMA no nos dejará frutos mañana, sino que los beneficios serán a largo plazo, y que México como un país en desarrollo diferente a los demás debe fomentar la cooperación con las contrapartes de Alemania, como socios industriales. “Con la FIMA queremos dar una respuesta no solamente verbal sino de una manera creativa sobre la cooperación que ya ha empezado y para comenzar a poner en práctica las frases clave que se han escrito sobre los objetivos del evento” dice Wulffen.
“El mejor intercambio comercial sólo es logrado entre países con el mismo nivel de desarrollo, por esa razón las principales operaciones de la RFA son realizadas con países como Francia, Gran Bretaña, Estados Unidos y Japón y lamentablemente nuestro comercio con Latinoamérica es todavía muy pequeño, por eso debemos trabajar con paciencia para fomentar ese desarrollo” termina diciendo el Dr. Wulffen.
Con la FIMA se pretende impulsar una política de diversificación que multiplique los polos y los contactos de las relaciones económicas internacionales, que permita aprovechar más racional y productivamente los recursos naturales para abrir nuevas fuentes de trabajo, así como nuevas especializaciones de técnicos, científicos y operarios.
Participarán aproximadamente 140 expositores en las ramas que ya han sido mencionadas, así como algunos expositores independientes que desean aprovechar esta plataforma de difusión. Durante el tiempo de la Feria Industrial se celebrará una serie de eventos culturales o conciertos de música clásica, agigantados con la presencia de la Orquesta Sinfónica de Bamberg, conciertos de jazz, exposiciones de pinturas y grabados contemporáneos, exhibición de películas, conferencias y películas científicas, eventos folklóricos y exposiciones de filatelia y numismática. Estos acontecimientos serán expresión de una convivencia a nivel cultural.
Aparentemente se está dando un paso decisivo para impulsar la industrialización del país mediante esta fórmula de cooperación y definitivamente existen bases sólidas de entendimiento entre los gobiernos, así como también hay algo de alentador en el proyecto que estriba en la exitosa combinación gerencial mexicano-alemana y que ha demostrado ser capaz de realizar empresas importantes.
Pero ante la realidad del déficit total de la balanza comercial de México, estimado en 14,056 millones de pesos para 1972 y que aumentó en un 20.5% con respecto al año anterior, será posible emprender la marcha ascendente de una manera tan simple como se planea en la FIMA?
Artículo publicado en la revista Management Today en español,
octubre de 1973; pp. 62-66.
* Alejandro Serralde es consultor empresarial en efectividad organizacional
y Presidente de la firma Reddin Consultants.