Por Lucía Rivera de la Parra
CEO Reddin Consultants México
¿Qué es la efectividad organizacional?
La efectividad organizacional es la capacidad que muestra una organización de lograr los resultados estratégicos que se propone.
¿Por qué es importante la efectividad organizacional?
Las organizaciones son entidades complejas, debido a la necesidad de coordinar el trabajo de una diversidad de personas, para el logro de un propósito común. El primer factor de dicha complejidad, somos los seres humanos, quienes actuamos, a veces en formas impredecibles y otras tantas de maneras incomprensibles. Agreguemos a esto, las características de cada negocio, cuya dinámica genera un reto a la inteligencia y a la capacidad de adaptación. Los cambios del mercado, las modificaciones de las preferencias de los consumidores, la transformación de los canales de distribución, la innovación de los productos, los brincos de la tecnología, nos hacen vivir en un contexto impredecible y complicado. Sumemos la presión de los accionistas, por lograr resultados cada vez mejores. El enorme desafío que enfrentamos los “managers” consiste en: manejar esta realidad, empezando por comprenderla de manera realista y aguda, para entonces tomar decisiones sobre cómo lograr los resultados del negocio.
Enfoques de efectividad organizacional
La comprensión de la dinámica organizacional, se ha apoyado en concepciones simplistas o vagas, que aportan poca claridad sobre los elementos esenciales que la componen y su interacción, así como los efectos que producen en la vida de la organización, provocando una apreciación parcial o errónea sobre cómo propiciar una mayor efectividad. Lecturas incorrectas de la realidad organizacional, se traducen en decisiones e iniciativas que no rinden frutos. Para el cultivo de la efectividad organizacional, resulta fundamental partir de conceptos verdaderos, capaces de describir objetivamente, esta dinámica para comprender mejor los factores que la impulsan.
Dos modelos organizacionales parciales o cortos, desde mi punto de vista, han tenido una vasta difusión, el enfoque humanista y el enfoque de procesos o estructural, también denominado técnico.
El modelo humanista, enfatiza la importancia de las personas, las capacidades que muestran para el trabajo y las relaciones que existen entre ellas. Bajo esta concepción, se considera que la organización funciona mejor cuando las personas desarrollan sus capacidades y cuando prevalecen relaciones armónicas entre ellas. Se priorizan iniciativas que propician un buen ambiente de trabajo y cualquier alteración al ánimo de las personas se considera inapropiado. Este enfoque no toma en cuenta la naturaleza del trabajo, del negocio y del mercado como factores de la dinámica organizacional. Es común que a consecuencia del énfasis exagerado del humanismo, se sacrifique la productividad y los resultados, en beneficio del ambiente de trabajo y de la calidez. Se propicia una enorme distorsión a consecuencia del exceso de emocionalidad donde el éxito del “manager”, se valora a partir de cómo ha hecho sentir a las personas. Personas incompetentes tienden a caer en tiranía y los gerentes se muestran incapaces de exigir un mejor desempeño. Negocios que enfrentan poca competencia, podrían funcionar con un enfoque cómo este, siempre que se cuente con personas muy competentes y comprometidas; sin embargo, en casos donde la competencia es intensa, la consecuencia más común del humanismo exagerado es pérdida de productividad y de competitividad.
El modelo de procesos o tecnocrático, describe a la organización como una serie de procesos organizados para lograr un objetivo común. Con el nacimiento de la Revolución Industrial, se organizó el trabajo a partir de la segmentación de los procesos y cada persona era contratada para realizar una parte. A través de la correcta alineación entre las capacidades de los individuos y las necesidades del trabajo, las personas se convirtieron, en un insumo más del proceso, en una herramienta, sin considerar sus aspiraciones o preocupaciones. Pese a los esfuerzos por implantar prácticas participativas de optimización de los procesos, el principio tecnocrático se basa en la necesidad de seguir instrucciones, de seguir procedimientos óptimos, y propicia que las personas no piensen. Que no utilicen el cerebro minando la creatividad, y la capacidad para tomar decisiones. Los enfoques tecnocráticos generalmente dan pocos grados de libertad y propician la dependencia. El incremento de la efectividad depende entonces de la habilidad para diseñar los procesos de trabajo, su automatización, los mecanismos de optimización y la disciplina lograda para que las personas se apeguen y los sigan. Es frecuente que personas muy competentes no se sientan motivadas por un ambiente de trabajo tecnocrático donde sus ideas no son tomadas en cuenta. Este tipo de enfoque puede resultar adecuado para negocios simples en mercados estables que no requieren innovación como podría ser una embotelladora de agua.
El enfoque socio-técnico de efectividad organizacional
Las mejores aproximaciones conceptuales para comprender la dinámica organizacional, provienen de los enfoques sistémicos, que describen a la organización a partir de los componentes que la integran y explican su dinámica, a partir de las interacciones entre dichas partes.
Se debe a Kurt Lewin, la aproximación a la realidad organizacional desde el punto de vista socio-técnico. Para Lewin las personas en la organización, viven y actúan en un contexto determinado por su rol o puesto, alterado por las características y capacidades de las personas con las que trabajan (superior, colegas y subordinados). Parte del contexto lo componen, la naturaleza del negocio y del mercado, creando una condición particular, en la que se busca satisfacer las expectativas de los accionistas. Quiere decir que las personas y la interacción entre ellas, están fuertemente influidas por estos factores, creando una dinámica altamente compleja. La escuela de Graduados de Harvard, considera, en sentido sistémico, 4 componentes esenciales en toda organización:
- El propósito o resultados a lograr
- Los procesos de trabajo y la estructura de responsabilidad
- Las características y capacidades de las personas
- El motor que impulsa la acción, el liderazgo
Beneficios de desarrollar la efectividad organizacional
Los directivos han de comprender que la efectividad organizacional dependerá de la interrelación y alineación de estos cuatro componentes. Una organización efectiva logra los resultados estratégicos del negocio.