¿Qué son los factores críticos de la toma de decisiones en home office? Para entender la complejidad de la toma de decisiones resulta conveniente comenzar por aceptar que la organización humana como un ente vivo, es seguramente el sistema orgánico más complejo que se conoce.
Primeramente, se trata de un sistema abierto cuyo funcionamiento obedece a una serie de políticas creadas para normar la conducta de los integrantes, teniendo como referencia el medio ambiente donde se desenvuelve.
Se dice que es abierto porque su funcionamiento no está programado como una máquina cibernética, que reproduce movimientos mecánicos. Por el contrario, sus movimientos proceden de la inteligencia humana. Esto es posible por las decisiones que fueron tomadas para definir las políticas de su funcionamiento.
Componen esta complejidad la necesidad de identificar límites flexibles, dada la multiplicidad de vías de acción por la constante interacción con el entorno. Sabemos que toda decisión estará bien tomada si toma en cuenta los impactos de esta y de allí, se desprende la necesidad de identificar los beneficios implícitos.
Decidir equivale a elegir siempre la mejor opción entre las alternativas posibles, tomando en cuenta la limitación de recursos.
Lo que da un carácter crítico a la toma de decisiones son los errores más comunes y que comienzan con la falta de información suficiente sobre el estado de situación y sobre los escenarios.
Se suma otro error frecuente que está asociado a la subjetividad que bien puede reflejarse como pesimismo, conservadurismo u optimismo, con ello la importancia de poder validar la objetividad del tomador de decisiones.
También viene otro error frecuente cuando por ejemplo se asume una conducta inercial al momento de decidir como puede ser el apegarse a una moda de decisión.
Esta falla pone de relieve la necesidad de asegurar que toda decisión es un acto inteligente y no solamente intuitivo.
Quizás el principal error está asociado a la oportunidad de la decisión. Es decir, tan mala es una decisión tardía como una temprana.
Es en este punto donde cobra un alto valor la capacidad de percepción de quién decide, lo cual se puede mitigar recurriendo a las decisiones tomadas por consenso por un grupo de personas cuya cualidad se la competencia profesional y la diversidad de pensamiento.
Finalmente, la buena decisión se reconoce por la eficacia en su implementación y el aseguramiento de sus impactos. La toma de decisiones es una habilidad directiva indispensable.
