Para Peter F. Drucker un manager es aquél que trabaja como dueño sin serlo. Esta noción refleja bien el compromiso que logra desarrollar un dirigente profesional.
Dada la dinámica organizacional de nuestros tiempos llega a ocurrir que una parte importante de nuestro personal desarrolla su trabajo por inercia, sin que necesariamente haya tenido la oportunidad de desarrollar un vínculo racional, emocional y trascendente con las responsabilidades encomendadas.
El nivel de compromiso será mayor en la medida que la persona visualice beneficios a futuro como consecuencia de su esfuerzo. Es por ello de suma importancia crear un hábitat de meritocracia que lleve a los interesados a entregar apasionadamente sus capacidades para lograr lo que se proponen. El desarrollo organizacional debe lograr esto.
Esto nos lleva a la conclusión de que la motivación para el compromiso no es un fenómeno exógeno, sino predominantemente endógeno y para asegurar que el motor funciona, viene muy bien aportar información, dar asesoría, acompañamiento y de manera constante retroalimentación sobre cada milla recorrida. El mejor combustible es aquél que deviene de la satisfacción de metas conquistadas.
Autor: Alejandro Serralde S.